domingo, 14 de septiembre de 2008

El vacío y una propuesta

No sé, pero es unos de esos días en los cuales los sentimientos dominan. Y traté de averiguar, indagando en mi propio ser, qué es lo que pasaba. Y es que el estar no tranquilo, el estar angustiado o inestable es lo que me hace no querer estarlo. Me pregunto... ¿Por qué buscamos siempre no estar inestables? ¿El sufrimiento, ya que tanto se siente, no es de gran valor en la vida, incluso superior a la felicidad misma? ¿Por qué buscamos siempre esta imposible, idealizada y muy enaltecida felicidad?


Tal vez, y sólo tal vez, tapamos el sentido de vivir, la gran pregunta de vivir con sentido o sin él, con sucesos sensibles (cotidianos, que se perciben con los sentidos) para no pensar en eso y simplemente regocijarnos con diversos sentimientos. Sentimos, por sobre todo, y creemos en diversidad de cosas que nos dicen... buscando la felicidad como la cúspide de la vida; no lo critico, es sólo que es un sube y baja interminable. Una canción de mi banda favorita dice: "... and the world is a dream, and nothing is worth it, unless you have a god..."; y en otra parte dice: "...but we won't be saved, we'll live slaves to love, what god takes away, let's refill our holes with mud...". Y es precisamente en la última frase que me hace pensar tanto... Cuando dice holes, probablemente, se refiere al vacío que produce vivir, porque, ocasionalmente, un dios cumpliría y llenaría el sentido de vivir. Es esa pregunto intrínseca tan angustiante que es el que la vida tenga un sentido de ser trascendente. Siguiendo la misma línea, la palabra mud es la más significativa: esta se refiere a cómo nos distraemos para no afrontar la pregunta. El vivir situaciones intensas, emociones fuertes es suficiente como para distraernos de preguntarnos para qué vivimos o por qué vivimos. Sentir es lo que nos puede alejar de la lógica y razón (estos últimos dos términos son ampliamente discutibles) o, mejor dicho, del pensar en sí. Llenar ese vacío con vivir una vida bohemia, una con logros profesionales sensibles, una con tener una pareja, una con tener dinero, una sobreviviendo, etc. no serían, entonces, sino el apaciguar ese vacío existencial distrayéndonos con cosas sensibles.



Siguiendo mi lógica escéptica... ¿no podría ser el sufrir, la inestabilidad y el cambio repentino de estado de ánimo el verdadero sentido de la vida? Los altibajos, en este mundo que podemos sentir, son casi un absoluto: nos aburrimos hasta de estar felices y estables. Entonces el sufrir podría ser un verdadero estado venerable: aquél que buscamos para sentirnos vivos. Todo cambia y es, de repente, lo que menos buscamos (me refiero a las lujuriosas intenciones de la ciencias o filosofías de homogenizar cual verdad encuentran y no admitir excepciones, que todo sea estable).




-Algún día publicaré mi propio Ecce homo, muy a mi pesar: estas ideas no aparecieron espontáneamente -

jueves, 11 de septiembre de 2008

Comprendiendo

La verdad es que mi mente en estos momentos no está apta para expresar algo, ni el más simple de los temas. Es verdad, me acabo de levantar. Ayer traté, en vano, de hacer una publicación acerca de los géneros y mis ideas sobre ellos. Hallé, sin embargo, que es un tema intratable porque soy aún bastante ignorante en ese tema. Pero... ¿no sería mejor hablar sobre lo que se me viene a la mente conforme escribo (aunque la cabeza de duela)? Tal vez así ustedes (quienquiera que lea) podrán entrar un poco en mi mente... claro, si quieren comprender. Y esa palabra que es tan clave para poder leer un libro: comprender. El poder comprender un texto nace de la verdadera motivación de querer escuchar, entender y saber qué es lo que piensa el autor... ¡Con razón! Nunca podía leer textos que me mandaban a leer por obligación. Claro, al final, después de mucho esfuerzo, lograba entenderlos pero sólo después de un largo rato de haberlos estado leyendo.

Siguiendo el tema, sobre comprender, permítanme, pues, contarles sobre lo necesario en mi vida y la importancia de comprender. Tal vez uno de mis mayores secretos, que estoy seguro no funciona para todos, es cual ayuda mejor entre las relaciones. Comprender, escuchar, entender de verdad. Y es que eso puede ser aprendido y puede ser que ayude a llevarse mejor con los demás. El problema mío es que necesité siempre de compañía y de gente a mi alrededor, por eso lo que les contaré (estando aún no muy seguro, por ser un secreto) es más o menos empírico, pero altamente existencialista.

Supongamos, entonces, que uno habla con un amigo y en medio de la conversación este le plantea un problema suyo muy grave e importante para él. Ahora, lo que la mayoría de personas hace (de eso estoy seguro) es, comparando con su propia experiencia, decir lo que opinan sobre el tema y cómo solucionarlo. Pero... ¿qué tal si a usted no le parece verdaderamente un problema sino más bien algo pasajero que no tiene tanta relevancia como otros problemas? Usted probablemente dirá: "no es para tanto, amigo mío, esto pasará ya verás", "yo he pasado por lo mismo, no es gran cosa". Sí, esto podría tranquilizar a un amigo, o hacerlo sentir más nervioso aún por no sentir que entendió la magnitud del problema (la segunda reacción es siempre más probable). Todo esto es asumiendo usted no le parezca malo ninguno de los actos realizados en el relato del amigo, las respuestas serían fuertes como: "¡pero cómo va a ser eso! estás mal, ¡cómo se te ocurre!".

Intrínseco en mí estuvo, siempre, el acto de comprender al otro, de entender qué es lo que pasa antes de dar mi opinión, si es que la daba. Esto tiene su génesis en la necesidad de sentirme parte de un grupo, para eso, tenía que escuchar lo que me cuenten, para poder formar parte de ese pequeño mundo que es la otra persona. Escuchar al otro es un arte difícil en el cual muchos emplean técnicas como el parafraseo (decir en tus propias palabras) o tratar de adivinar qué es lo que siente (comunmente caigo en esta técnica). Lo más estimulante para el amigo herido, lo que más lo llenara, o lo que, según Stephen Covey, le dará un aire psicológico. El que otro entienda, paso a paso, lo que tú quieres decir es que por fin alguien sepa por lo que estás pasando, que alguien se horrorize, se sienta triste o se ría contigo sobre lo que estás contando. Entonces, entendamos primero qué es lo que se nos comunica, no en nuestra cabeza,tratando de interpretar, sino preguntando si lo que estás interpretando es lo correcto, lo que el otro está diciendo y como lo que el otro quiere que se interprete. Verbigracia: "quiero morir porque mi hermano ha muerto"... ¿Qué quiere decir esto? a simple vista la persona está triste porque su hermano a muerto... pero qué tal si lo dice porque está reflexionando y quiere estar donde su hermano está, seguirlo en la imaginación... o si lo dice porque quiere seguir una línea de hacer todo lo que el hermano hace, no por tristeza, sino por compromiso. Miles de respuestas hay para eso, únicamente preguntando se puede hallar la respuesta.